Radiografías varias indicaron que sus huesos estaban mal.
Claro, después de tantos años de trabajo era lógico que el cuerpo deje relucir el constante achaque; martirio inevitable y diario al que era sometido.
Luego de enterarse de semejante estropeo, Filomeno Arzuaga decidió retirarse de su empleo.
Definitivamente, el transporte de cemento no era lo suyo. No, al menos, a los 98 años.
domingo, 4 de mayo de 2008
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3 comentarios:
jaa genial!
y me matan los nombre de los personajes!
cuando asesinas a tinelli!?
ya me tiene harto!
Me alegro por las visitas perro. Usted corra la voz...
Hasta que no suelten al único asesino creado me parece que los derramamientos de sangre van a estar postergados.
Deja de fumar opio...
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