Ubicado en la calle Balcarce, en barrio Centro, el centro de actividades deportivas del colegio Inmaculado Corazón de María, es inadvertido por la mayoría de los transeúntes que a diario pasan frente a él. Una discreta puerta de chapa da la entrada al recinto, donde una amplia cancha de fútbol 5 preside el lugar. Una tribuna de tres escalones recorre casi todo el lateral izquierdo del campo de juego, y una pequeña sala que hace las veces de depósito y baño terminan de completar el artificial paisaje.
Todas las siestas, durante el año lectivo, los alumnos del citado colegio acuden al pequeño predio para realizar sus actividades físicas. Allí también, en horas de la tarde y hasta bien entrada la noche, acuden aquellos jóvenes, quienes ávidos por desenchufarse de sus actividades a través del arte del balón, hicieron de ese lugar una suerte de templo urbano del fútbol.
De esos muchos chicos que a diario llenan los turnos para jugar al deporte más bello del planeta, somos los catamarqueños quienes más concurrimos al lugar. Puede sonar exagerado, pero sólo bastaría pasar un par de veces a la semana para comprobar la veracidad de tal afirmación. Incluso hay días en los cuales tres o cuatro turnos son reservados por equipos catamarqueños. No resulta extraño, teniendo en cuenta lo anterior, que haya habido tardes en que más de 30 o 40 coterráneos se dieran cita para despuntar el sano vicio del fútbol en “Félix”.
Qué tendrá que ver la palabra Félix en todo esto, preguntarán. Es muy simple: Félix es en realidad el nombre que para muchos de nosotros tiene el sitio sobre el que estamos haciendo mención. “Jugamos en Félix a las 6”, o “Te esperamos en Félix, ¿venís?” suelen ser los mensajes de texto más usuales a la hora de la citación para un partido. Ocurre que el cordobés Félix Aldeco, de 48 años, es el encargado de mantener en buen estado la cancha, y además administra los turnos para disponer de una hora de juego.
De esta manera, con el paso de los años y la renovación constante de comprovincianos, “Félix” se fue convirtiendo en un centro futbolístico al cual acuden casi todos los futboleros catamarqueños. Sin lugar a dudas, es un reducto catucho por excelencia.
Así como en Catamarca tenemos “Villalobos” o “Paddle Luck”, en Córdoba no añoramos los campos del pago, porque transpiramos apasionadamente sobre los mosaicos de “Félix”.
Patxi Uribe
Todas las siestas, durante el año lectivo, los alumnos del citado colegio acuden al pequeño predio para realizar sus actividades físicas. Allí también, en horas de la tarde y hasta bien entrada la noche, acuden aquellos jóvenes, quienes ávidos por desenchufarse de sus actividades a través del arte del balón, hicieron de ese lugar una suerte de templo urbano del fútbol.
De esos muchos chicos que a diario llenan los turnos para jugar al deporte más bello del planeta, somos los catamarqueños quienes más concurrimos al lugar. Puede sonar exagerado, pero sólo bastaría pasar un par de veces a la semana para comprobar la veracidad de tal afirmación. Incluso hay días en los cuales tres o cuatro turnos son reservados por equipos catamarqueños. No resulta extraño, teniendo en cuenta lo anterior, que haya habido tardes en que más de 30 o 40 coterráneos se dieran cita para despuntar el sano vicio del fútbol en “Félix”.
Qué tendrá que ver la palabra Félix en todo esto, preguntarán. Es muy simple: Félix es en realidad el nombre que para muchos de nosotros tiene el sitio sobre el que estamos haciendo mención. “Jugamos en Félix a las 6”, o “Te esperamos en Félix, ¿venís?” suelen ser los mensajes de texto más usuales a la hora de la citación para un partido. Ocurre que el cordobés Félix Aldeco, de 48 años, es el encargado de mantener en buen estado la cancha, y además administra los turnos para disponer de una hora de juego.
De esta manera, con el paso de los años y la renovación constante de comprovincianos, “Félix” se fue convirtiendo en un centro futbolístico al cual acuden casi todos los futboleros catamarqueños. Sin lugar a dudas, es un reducto catucho por excelencia.
Así como en Catamarca tenemos “Villalobos” o “Paddle Luck”, en Córdoba no añoramos los campos del pago, porque transpiramos apasionadamente sobre los mosaicos de “Félix”.
Patxi Uribe
4 comentarios:
Hola che
como andas?
Yo frecuentaba un barcete folklorico en la peatonal, "la alameda".. lo ubicas? cerca de la compañia de jesus, por trejo... tiene sus paredes llenas de papelitos!
taria bueno una nota... un reducto catucho tbm... recordaria tantas noches de bohemia, guitarra alcohol y empanadas robadas!
jajaja
Un saludo amigo bloguer!
UQbar, la dire!!
Perropesadilla... perdon.
Muy Bueno el Blog Patxi!
Félix está cerrado por modificaciones por los próximos tres meses!
Es que los asesores de marketing le sugirieron que remodele el estadio (esto incluye no más agua en el campo de juego durante los días de lluvia!) con vistas a nuestro furor futbolero durante las olimpíadas.
Un saludo catucho
LucasLecter
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