El artículo que ahora leen dará inicio a una serie de mini-secciones, por expresarlo de alguna manera, que esporádicamente se publicarán en esta columna. En ellas el tema a tratar serán -como dice el título- los “reductos catuchos”, lugares de Córdoba que son concurridos con gran asiduidad por “changos” y “chinitas” catamarqueños.
Para iniciar este recorrido se podría dar un pantallazo de las cifras de alumnos en facultades como las de Derecho o Ciencias Médicas, donde el número de comprovincianos es altísimo.
Preferimos, en cambio, dar cuenta de lugares como “La Divina”, un pub ubicado en la calle San Lorenzo entre Paraná y Obispo Salguero, en el que de a ratos surge la duda de saber si seguimos en Córdoba o nos trasladamos, mágica e imperceptiblemente, a Catamarca.
Ocurre lo siguiente: al entrar en “La Divina”, podemos ver a grupos de catamarqueños de las más variadas generaciones. Desde chicas y chicos que se encuentran dando sus primeros pasos en las universidades cordobesas, hasta ciertos estudiantes “crónicos” que ya conocen de memoria las “rutas nocturnas” de la ciudad mediterránea y sus alrededores.
Suele ser tan grande la cantidad de “catuchos” que llegan a ese “divino” lugar, que por momentos podemos sentirnos dentro de “La Pachanga” rodeína, o bailando al ritmo de los parlantes de “Soul”. Incluso hay ciertos nostálgicos que rememoran las noches de “Punto X” o del aún cercano “El Molino”.
Recibidas, cumpleaños y demás fechas son algunas de las razones por las que muchos de nuestros jóvenes concurren a “La Divina” semana tras semana.
En esta ocasión la llegada de un nuevo mecánico motivó nuestra presencia en el lugar.
Se trata de Maximiliano Portero, mucho más conocido como “Nuni”; pero como es probable que piensen, no lo encontraremos trabajando en alguna gomería, sino en aquellos consultorios dentales donde necesiten los servicios de un mecánico dental. Esa es la carrera que Maximiliano terminó el jueves pasado luego de un gran esfuerzo.
El logro no fue mínimo, y fue por eso que decidió festejarlo junto a la changada que siempre lo acompaña.
Como de costumbre, el lugar elegido fue “La Divina”, uno de nuestros tantos “reductos catuchos”.
Patxi Uribe
Para iniciar este recorrido se podría dar un pantallazo de las cifras de alumnos en facultades como las de Derecho o Ciencias Médicas, donde el número de comprovincianos es altísimo.
Preferimos, en cambio, dar cuenta de lugares como “La Divina”, un pub ubicado en la calle San Lorenzo entre Paraná y Obispo Salguero, en el que de a ratos surge la duda de saber si seguimos en Córdoba o nos trasladamos, mágica e imperceptiblemente, a Catamarca.
Ocurre lo siguiente: al entrar en “La Divina”, podemos ver a grupos de catamarqueños de las más variadas generaciones. Desde chicas y chicos que se encuentran dando sus primeros pasos en las universidades cordobesas, hasta ciertos estudiantes “crónicos” que ya conocen de memoria las “rutas nocturnas” de la ciudad mediterránea y sus alrededores.
Suele ser tan grande la cantidad de “catuchos” que llegan a ese “divino” lugar, que por momentos podemos sentirnos dentro de “La Pachanga” rodeína, o bailando al ritmo de los parlantes de “Soul”. Incluso hay ciertos nostálgicos que rememoran las noches de “Punto X” o del aún cercano “El Molino”.
Recibidas, cumpleaños y demás fechas son algunas de las razones por las que muchos de nuestros jóvenes concurren a “La Divina” semana tras semana.
En esta ocasión la llegada de un nuevo mecánico motivó nuestra presencia en el lugar.
Se trata de Maximiliano Portero, mucho más conocido como “Nuni”; pero como es probable que piensen, no lo encontraremos trabajando en alguna gomería, sino en aquellos consultorios dentales donde necesiten los servicios de un mecánico dental. Esa es la carrera que Maximiliano terminó el jueves pasado luego de un gran esfuerzo.
El logro no fue mínimo, y fue por eso que decidió festejarlo junto a la changada que siempre lo acompaña.
Como de costumbre, el lugar elegido fue “La Divina”, uno de nuestros tantos “reductos catuchos”.
Patxi Uribe