viernes, 26 de octubre de 2007

Por las nubes








El pasado fin de semana, junto a un grupo de montañistas catamarqueños, estuvimos siguiendo las sendas que nos llevarían a la cima del cerro El Manchao’, un difícil ascenso de nuestra provincia.
Es por eso que esta semana, en lugar de relatar los caminos seguidos por nuestros coprovincianos en Córdoba, me pareció una buena idea compartir con ustedes un poco lo que fue aquella travesía por suelos catamarqueños.
Finalmente no pudimos hacer cumbre a causa de una fuerte tormenta de nieve.
El viaje, sin embargo, no tuvo desperdicio y sirvió para recibir muchas lecciones sobre la vida en la montaña y la supervivencia en situaciones extremas.

Hasta el próximo viernes!

viernes, 19 de octubre de 2007

El ejemplo de "Chucky"


No teman, no se hablará aquí del muñeco diabólico. Tan sólo nos referiremos acerca de Ángel Marcos Romero, catamarqueño de 28 años al que, en su infancia, recibió el curioso apodo de “Chucky” por su similitud con el terrorífico personaje hollywoodense.
Sin embargo no es su sobrenombre el motivo de esta “Changada”, sino el modo en que Marcos lleva adelante su vida en Córdoba. “Para mí, la única forma de poder estudiar es trabajando”, nos dice, y es justamente esa actitud y ganas de crecer lo que queremos destacar.
“Chucky” relató que “vine hace 6 años a estudiar, a hacer un curso de despachante de aviones, pero cuando se dio la devaluación se cerraron todas las puertas. Había que ir a Buenos Aires, pero ya no me daba económicamente como para irme”.
Al no poder trabajar en lo que se había propuesto, no se quedó de brazos cruzados, e inició la tecnicatura en óptica y contactología que actualmente realiza. Paralelamente, siempre trabajó en diversos lugares, y hoy lo hace en uno de los locales de venta de “chucherías” de todo tipo que hay en la terminal de ómnibus de “la Docta”, con lo que se ayuda a solventar tanto sus estudios como el lugar donde vive, un departamento en el colorido barrio de Alberdi, a pocas cuadras del estadio de Belgrano.
Mientras atendía a una clienta que buscaba un puntero láser, Marcos comentó: “Hay muchos chicos estudiando que tienen la posibilidad de que los padres los mantengan y entonces tienen mucho más tiempo para dedicarse de lleno a la carrera; tienen la posibilidad de poder estudiar más tranquilos, sin cansancio”. Pero la reflexión no termina allí, y luego de entregar un vuelto dijo: “Trabajar es muy gratificante. A esta tarea la venía haciendo desde hace mucho tiempo en Catamarca. Te sentís bien porque ya no sos una carga para tu familia. Yo trabajo todos los días del año, todos. Feriados, sábados, domingos, y a Catamarca me voy cuando puedo, en mis vacaciones, o para Navidad”.
Al parecer, esas largas ausencias no durarán mucho más, o por lo menos eso es lo que anhela este “Chucky”, que es todo lo contrario a la maldad: “Quiero terminar rápido y volverme a Catamarca, para poner algo allá. La carrera que hago está buena, y se pueden hacer cosas muy buenas también. Allá hay mucha gente a la cual se puede ayudar”.
De todo modos, tan apurado no está: “Voy despacito, algún día me voy a recibir”.
Metele tranquilo “Chucky”, tu tierra siempre te va a esperar.


Patxi Uribe

martes, 16 de octubre de 2007

Blog Action Day


Hoy es el Blog Action Day. Qué “joraca” será esto, se preguntarán ustedes.

Este día fue elegido por un grupo de bloggers para escribir algo sobre temáticas particulares, de cierta importancia mundial.
No soy el tipo de bloggers que está todo el día frente a un monitor viendo las nuevas ganzadas que se esparcen por el mundo virtual, pero esta campaña me pareció buena porque con ella se busca generar un poco de conciencia, en este caso, sobre el cambio climático.
Ahí les va un poco de crítica.

Esto es muy simple. El mundo se está yendo, poco a poco, al demonio, es decir, se está destruyendo, acabando. Esto es real.
No voy a hacer una lista de los glaciares disminuidos, ni mostrar imágenes de selvas devastadas por la voracidad humana, ni mucho menos flagelarlos con niños desnutridos o mutilados.
Quisiera aprovechar este espacio para recordarles que el mundo es uno sólo. Esto lo habrán escuchado miles de veces, pero es así, y el hecho de que sea uno sólo implica que si lo seguimos castigando como lo venimos haciendo, con él dejaremos de existir nosotros, todos los seres que poblamos este lugar al que llamamos Tierra.
No pido que salgan a tratar de cerrar fábricas o papeleras. Es mucho menos lo que se necesita. Con actos simples podemos contribuir para que entre todos tomemos noción de lo negativo que es lo que está sucediendo a nuestro alrededor.
Sé que a esta altura deben estar aburridos o irritados, pero no quería dejar de decir algo.
¡Infórmense, hablen, discutan sobre el cambio climático!
No se trata de pasar de la primavera al verano, se trata de pasar del bello, fructífero, apacible planeta que tenemos, a un lugar devastado, infértil, sin vida.

El ser humano es un ser tremendamente inteligente. Aprovechemos el don de la razón.
Cuidemos nuestro hogar. Es nuestro Único Hogar.


Patxi Uribe

viernes, 12 de octubre de 2007

Nutrición mental


En épocas donde la nutrición alimenticia es una asignatura que preocupa a mucha gente, pocos son los que piensan seriamente en cultivar su intelecto.
No hablamos de sentarse durante interminables horas a estudiar un libro de filosofía clásica, sino de cosas mucho más simples y menos arduas. Conversar con alguien, por ejemplo.
En una sobremesa en la que casi sin querer ya había un mate amargo entre nosotros, se inició una interesante charla junto a Emanuel Soberón.
Licenciado en Ciencia Política, Diplomado en Ciencias Sociales, con una extensa lista de cursos de post-grado, años de aprendizaje de idiomas (ruso y francés, por citar un par) repartidos entre la Facultad de Lenguas cordobesa y varios institutos privados, son sólo algunos de los laureles académicos que este chango ha obtenido en sus -más que productivos- 26 años.
Al enterarnos de alguien con esa cantidad de estudios incorporados, no sería extraño pensar en una persona de gruesos lentes, actitud reservada y aire pensativo en todo momento. Nada más lejos del semblante de Emanuel. Sin embargo, la sabiduría que porta se nota en sus palabras, el modo de expresar sus ideas u opiniones mientras avanza el diálogo, variado por donde se lo mire.
Explicaciones sobre la política internacional actual se mezclan con proyectos de desarrollo sustentable para aplicar en Catamarca. Siguieron los temas de Silvio, ese Rodríguez inevitable para muchos de su generación, a quien empezó a entender pisando los 18, y que tan presente se encuentra en sus acordes (Emanuel también toca la guitarra, por si fuera poco). La música que se escuchaba en su casa de pequeño, cuando Los Trovadores o el dúo Salteño amenizaban los fines de semana; el joven Peteco Carabajal que conociera a los 10 años y no dejaría de escuchar jamás; y un retorno a temas menos coloridos para revisar la mentalidad política de los jóvenes de hoy. En ese círculo conversacional que iba de lo trivial a lo serio, de lo trascendental a lo efímero, de las risas a la reflexión concienzuda en un distendido “ida y vuelta” de principio a fin, Emanuel desplegó, sin esfuerzos ni pretensiones estilísticas, el perfil del personaje tan admirable que vinimos a buscar pensando en esta nota.
Complacencia fue lo que se sintió al desandar la conversación brevemente relatada. Impotencia, a la vez, por la falta de espacio y la incapacidad de plasmar con mayor destreza lo fructífero, lo bello de las expresiones vertidas por este catamarqueño que tan orgulloso nos tiene que hacer sentir.
La siesta en que transcurrió esta charla, eso sí, tuvo un valor agregado. Fue un nutriente para la mente.



Patxi Uribe

viernes, 5 de octubre de 2007

Tras la huella de la verdad


Quizás muchos de ustedes, estimados lectores, se hayan imaginado alguna vez con lupa en mano, siguiendo las pistas de un crimen al mejor estilo Sherlock Holmes.
El caso de Eugenia Aguirre es un tanto parecido, pero fueron los programas televisivos sobre investigaciones del FBI los que despertaron su interés. “¡Waw, me encanta esto!” se dijo una noche, e inició las averiguaciones necesarias para comenzar los estudios en criminalística.
Esta catamarqueña de 23 años aseguró que “elegí la carrera incluso sin saber su nombre; existe una ignorancia muy grande al respecto. Se la conoce poco, por eso somos muy pocos también los que la estudiamos, y cuando lo cuento me preguntan ‘¿qué es eso?’; nadie sabe de qué se trata”.
Además de esta consideración sobre los pocos datos que hay acerca de la carrera, que tiene como fin investigar los hechos delictivos, Eugenia hizo énfasis en lo selectiva que puede llegar a ser. “No es para todos. Tenés que indagar mucho, analizar; siempre es tu ojo el que determina las cosas”. Esto es algo muy singular debido a que “no podés decir como en otras carreras, ‘sigo estudiando, sigo estudiando’, porque no podés equivocarte, no son respuestas que están en un libro”.
En tanto, al hablar de la manera en que son corregidos los alumnos, detalló que “es un 0 o un 10. Podés haber hecho 12 mil hojas, unas láminas ilustrativas espectaculares, una pericia bárbara, pero si concluís mal el trabajo tenés 0. Es así, igual que en un juicio, en sentido de que no te podés equivocar”.
Un aspecto atrapante de esta actividad fue descripto por Eugenia con gran pasión: “no existe el crimen perfecto, ¡no hay forma! Lo pueden planear durante años pero siempre alguna macana se mandan. Un pelito, una uña, una fibra de la ropa y se soluciona todo el crimen”.
Con un espíritu bastante emparentado con el de aquel detective inglés que siempre era acompañado por su fiel ayudante Watson, Eugenia nos contó que su interés por la documentología legal -especialización que cursa- nació porque “tengo el convencimiento de que como perito en documentología formada profesionalmente, y sobre todo con principios éticos, puedo ser una importante colaboradora de la justicia”.
Por ahora es probable encontrarse con esta futura “detective” por las calles de Córdoba.
Pronto, eso es seguro, Eugenia estará utilizando sus herramientas técnicas para aclarar incógnitas sin resolver de las tareas criminales realizadas en Catamarca. ¡A cuidarse, maleantes!



Patxi Uribe